La siguiente denuncia fue realizada y publicada por Julio Méndez, Ingeniero Civil Eléctrico oriundo de Concepción, en su perfil de Facebook el pasado 28 de enero. Cabe señalar que la reproducción de esta denuncia fue autorizada por el propio afectado.

El pasado 27 de enero, viajé desde Ciudad de México a Santiago en el vuelo Lan LA621. Subí al avión, llegué a mi asiento (fila de emergencia, clase turista), deje mi mochila en el maletero y también 2 botellas de agua en el porta revista ubicado en el asiento del frente. Luego procedí a sentarme a esperar la salida del vuelo.

A los pocos minutos llega el pasajero del asiento del lado que resultó ser Carlos Ominami, político del medio chileno. Se puso a ordenar sus cosas, llegó la azafata a dar las instrucciones sobre el asiento de salida de emergencia. El diálogo fue el siguiente:

Azafata: Señor…
Carlos Ominami: Ya sé, estoy en fila de emergencia y acepto las condiciones…

La azafata no alcanzó a dar las instrucciones y el Sr. Ominami respondió en un tono bastante altanero, a lo cual la azafata se dio media vuelta y se fue. El trato fue bastante rudo y descortés para con la azafata. Pensé “debe haber tenido un mal día”, pero no justifica el trato a la azafata.

Él terminó de ordenar su mochila, la dejó en el maletero y procedió a cerrarlo de un golpe violento que nos hizo saltar. Nuevamente pensé, “un mal día”.

Me dispuse a dormir y de pronto desperté de un golpe, me saque el antifaz y vi que Ominami estaba cenando. Pensé, “me habrá pasado a llevar”.
Seguí durmiendo, desperté varias veces más durante la noche con empujones en el codo que tenía apoyado en el apoya brazos. Incluso fui increpado por el Señor Ominami:

“¡Déjate de pasarte para el otro lado!”

Debo reconocer, que devolví los empujones, pues no me dejaba dormir. Ahora, he viajado varias veces en clase turista y nunca pasé por una situación así.

Cuando desperté por la mañana me dediqué a observar a Ominami, el cual aún dormía y la verdad es que movía para todos lados y muchas veces ocupaba el espacio que me correspondía, pero para ser justo puede que yo también haya ocupado parte de su espacio, pero no justifica los empujones.

Ahora, lo más sorprendente de este viaje, es que cuando desperté quise tomar agua y vi que unas de mis botellas estaba en el revistero del asiento al frente de Ominami y había sido abierta y en parte consumida (ver foto).

Julio Mendez | Facebook

Julio Mendez | Facebook

Esperé que se despertara y lo enfrenté:

Yo:¿Por qué saco mi botella de agua y la consumió?
Ominami: Pensé que era una para cada uno y la saqué…
Yo: Las traje yo y en clase turista no dan botellas de agua, mire los otros asientos. Ud. Me la robó…
A lo cual se largó a insultarme “eres un roto”, etc. etc.., que no vale la pena reproducir. ¡Incluso ofreció pagármela!

Poco antes de aterrizar, ¡tomó la botella y la dejó en el revistero frente a mi asiento! A esas alturas, solo moví la cabeza y sonreí de forma irónica. Este señor ha viajado en muchas ocasiones en Lan y debo suponer que tiene muy claro que en clase turista no dan agua en botellas.

Me di el tiempo de escribir esta situación porque encuentro aberrante que personas como Ominami, que ha representado a su electorado en diferentes ocasiones, tenga un trato así con ciudadanos comunes y corrientes (azafata y yo) y tengan la desfachatez de robar una simple botella de agua sin el menor tapujo. Me cuesta imaginarme cómo será su día a día y cómo debe reírse de la ciudadanía.

Esta situación solo me lleva a decepcionarme aún más de la clase política de este país, que ve su calidad ética y moral más cuestionada cada día.

¿Qué dice Ominami?

Para el ex senador Carlos Ominami, la historia relatada por Julio Méndez es una “completa “ridiculez”. Así lo señaló a BioBioChile cuando se le consultó sobre lo sucedido en el vuelo Lan LA621, desde Ciudad de México a Santiago.

Al señor no lo conozco, tengo la duda si esta cuestión es un chiste mala clase“, indicó el presidente ejecutivo de Fundación Chile 21. Asimismo agregó que “Yo jamás he tenido algún tipo de discusión con una azafata de la línea aérea, soy super respetuoso del trabajo que ellas realizan”.

Ominami se defendió indicado que Méndez confundió su comportamiento. “Yo soy una persona bastante tranquila y tuve que soportar su mala educación todo el viaje”, acotó.

Dentro de toda la historia, lo que el economista sí reconoció fue el impasse con la botella de agua. “Es cierto. Yo tomé su agua pensando que era la mía, ya que como normalmente hacen las líneas aéreas que entregan una botella para la noche, yo vi que en su asiento habían dos y supuse que la segunda botella era la mía y me tomé un sorbo en la noche, eso fue todo”, señaló Ominami.

En la misma línea y aún sorprendido por la situación, el ex político insistió en que “El señor Méndez está exagerando. Yo me equivoqué respecto a una botella de agua, nada más”, y agregó “Tengo la sensación de que este señor a mi no me quiere por alguna razón y lo que está haciendo es algo totalmente ridículo“, finalizó.